domingo, 30 de marzo de 2008

Una vez más

por Lore

*
*
*
LA ORACIÓN

*
Ayer. Dos noticias y el silencio de la catástrofe.
Y otra vez te busco para escucharte, porque si rompo el silencio, entonces no es una catástrofe. No debería pedir perdón por esto, te busco porque cuando hablo con vos hablo uno en uno... directo desde Macao, sin impostar nada, sin actuar ningún gesto, sin editar mis palabras. En la catástrofe el silencio, dice mi amigo Riux, porque no hay espacio para la retórica... no hay espacio para eso que creo hacer tan bien, pero que ella siempre aniquila en un sólo acto.

*

Ayer otra vez. Vi a una amiga llorando como nunca lo hace, porque ella también es buena con la retórica.... estaba desolada. Vi a mi hermana acompañando al hombre que ama a una cirugía difícil y a esos tratamientos inhumanos. Vi a mi mamá haciendo lo mismo con el hombre que amaba. Te vi a vos, encerrado en esa habitación hecha de latidos, soñando en vigilia los sonidos de Victoria.... y me vi a mí, con un gesto blanco, como una efigie hecha de apatía vencida por el sinsentido...

*

Ayer otra vez. No podía llorar, ni ayudarlos, ni consolarlos, ni amarlos... porque la apatía estaba ahí devorándolo todo. Mi retórica es poderosa, y le gano a la Cultura, a veces tan fácil, que me dan ganas de reír como un marchand cínico. Le gano ahí donde casi no le gana nadie: me río en la cara de los celos, me río en la cara de las pulsiones posesivas, como un cínico que se cree más allá del bien y del mal. Ahí gano con soltura, después de un combate, eso sí, pero de un combate fácil con final escrito en piedra.

*

Pero la apatía me gana siempre, porque desde que recuerdo, no puedo poner la entropía entre paréntesis... Es una falla neurológica muy estudiada, un desequilibrio de la noradrenalina y la serotonina, los neurotrasmisores que se encargan de hacernos sentir que la vida tiene sentido... ¡qué tonto que suena dicho así!....Los psicofármacos equilibran ese desequilibrio, pero como lo hacen reduciendo la existencia a su momento físico-químico, te dejan como un zombi que no piensa nunca en la muerte, porque como ya está muerto... y no quiero eso para mi nunca más.

*

Por eso en estos días recordé tanto mi infancia, porque vivía inventando cosas, ensayando recursos para poner esos pensamientos entre paréntesis. Y recordé que cuando estoy con vos, me olvido de esos pensamientos porque los paréntesis surgen en cualquiera de nuestras charlas: en las banales, en las que no tienen curso aparente, en las fragmentadas, en todas... Por eso mientras veía las fotos de la mirada saturnina, hablaba con vos.

*
*
*

LA EXÉGESIS

Pensaba mientras escribía La Oración, que estas palabras no pueden despertar a Rodia. Yo se bien que despierta a Rodia... es que siempre te piden, piden tu presencia, piden tu deseo, y cuando lo obtienen quieren más, y eso que diste ya no alcanza y usan tus propias palabras para argumentar un reclamo infinito, y vos das un poco más, pero después piden más, por acción u omisión, siempre piden más....

Sé que no despierto a Rodia, porque mis palabras no se dirigen al futuro (esa dimensión que no puedo pensar con forma diferente al vacío). Mis palabras se dirigen a un tiempo mítico porque el Cosmos de Macao es arcaico. Mis palabras no son la carta en la botella que pide al Isolation Child su regreso a estas costas. Mis palabras son las que se pronuncian en un templo. Macao es politeista y tiene varios templos, y varios dioses, no muchos, pero más de uno. Esas palabras son la oración que pronuncio en tu templo.

Voy al templo, miro tu imagen, le hablo y quizás le pido algo con una oración o un ritual... soy arcaica... creo en los íconos sagrados... no son lo que nombran pero evocan lo que nombran... evocan algo que no está presente en este espacio euclidiano en el que estamos atrapados en el aquí y ahora...

También conservo reliquias, como los objetos del Isolation Child que quedaron luego de su paso por Macao. Son los objetos numinosos que dan sentido al templo entero, como si fueran las astillas del madero de la cruz...

Por todo esto se que no molesto ni despierto a Rodia. Rodia despierta cuando le dicen: "estás en deuda Rodia.. me debés... me debés mucho más de lo que estás dando..." Rodia, el pobre Rodia, despierta ahí. En Macao estas palabras no tienen lugar, porque es demasiado arcaico para comprender la lógica mercantilista. Macao nada entiende de hojas de balances, de planillas con debe y haber...

Cuando Macao ama construye templos. Cuando lo que ama se aleja de sus costas, no intenta amarrarlo, ni arroja al mar cartas en botellas. Cuando queremos estar con nuestros dioses, entramos al templo y rezamos frente a sus imágenes, o los invocamos con un ritual donde bebemos y bailamos para recordar algún momento mítico...

Estas palabras son las que estoy diciendo hoy en tu templo con forma de laberinto, mientras miro la imagen que está en el centro, donde estás liberando al ánima del que emerge un mundo hecho de sonidos...

Estas palabras no son amarras, ni botellas con mensajes de auxilio. Estás palabras son el credo que se pronuncia en un templo para estar con los que no están aquí, son las palabras que rompen la lógica del espacio euclidiano.

Y si los dioses nos visitan, y si retornan: los homenajeamos, celebramos, y somos felices... Y si se quedan en su mundo, en ese allí fuera de aquí: los homenajeamos, celebramos, y somos felices.... porque los amamos... porque son el elan vital de esta tierra y de sus costas...

No hay comentarios: